Dolor expresado en BELLEZA

A veces no sabemos ni dónde estamos, y menos a dónde queremos ir. Eso es motivo muchas veces de errores, de dolores, incluso de escasez en el camino presente, en la vida que vivimos.

Cuando tenemos que vivir momentos de dolor o de incertidumbre, pensamos que es el fin de todo sin siquiera pararnos a ver y descubrir las múltiples opciones que realmente estamos teniendo para con ellas lograr reconocer qué es lo que estamos haciendo que no acabamos de entender, a veces incluso nos cegamos tanto que ni siquiera vemos más allá que nuestro momento.

Parece que el mundo se termina incluso cuando apenas pasamos un catarro y este se complica por cualquiera que sea el factor. Cuando nos toca experimentar una enfermedad de gravedad - agravante o agravada - parece que ahí sí es el momento en que todo se detiene, el fin que ya está cercano, el hasta aquí de todo sufrimiento, o de cualquier oportunidad.

Y es que realmente sí ha llegado el instante de marcar un hasta aquí, un alto, un punto de inflexión en el que por obligación, casi, has de parar, la muerte de un época. Hay que detenerse a analizar el momento, la situación que se está viviendo, intentar alcanzar ese propósito para el que estamos experimentando el proceso, sea cual fuere que, nos guste o no, en una ocasión decidimos pasar. 

Aquí está lo que marca un antes y un después porque una vez llegas a conocerte, a saber qué está ocurriendo en tu interior es que consigues ir al siguiente paso, tras sentirte y saberte en tu verdad y propósito todo parece tener otra dimensión, la perspectiva con la que miras es diferente, tu realidad ha cambiado y desde esa visión, tu exterior también se ha transformado. Es como si se tratase de mirar con otros ojos, como si de un espectador que mira desde lo alto a lo más profundo de la escena. Es como si se tratase de un ser ajeno y externo a uno mismo cuando realmente, todo está en nosotros mismos, en tí.

Esta es una reflexión que me llega tras la propia experiencia de la vida en mis múltiples oportunidades para experimentar, y que tras ver esta exposición de experiencias, me ha recordado lo efímera y bella que es la vida. Es un conjunto de oportunidades que nos ofrece tras el dolo para avanzar, y que se esconde tras las imágenes que pude sentir y ver en el Liceo de Ourense.

¡Gracias por permitirme sentir!


Autor: © Asun Adá
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